El 3 de junio, comenzó marcando gol de tiro penal en la victoria 2 por 0 sobre los locales Estados Unidos, camiseta del parma aunque fue forzado a retirarse temprano debido a una lesión. La victoria deja al Bayern con siete puntos de ventaja sobre el Dortmund, pero sólo con dos sobre el Leverkusen que ahora es su más inmediato perseguidor. Entre las más dolorosas podemos destacar las que cosechó ante la Roma (2017-18), Liverpool (2018-19) y el aplastante 2-8 frente al Bayern de Múnich (2019-20), con la camiseta del Barça. Ambos clubes son dos de los más antiguos del mundo (1862 el Notts y 1865 el Forest) y sus estadios son los dos más próximos entre sí de toda Inglaterra. Desde la temporada 2015-16 frente al Atlético de Madrid, el astro argentino ha encadenado hasta ocho eliminaciones de forma consecutiva en la mayor competición de fútbol del mundo a nivel de clubes.
Ese año, con el retorno de Carlos Bilardo como director técnico, se conformó un equipo muy equilibrado con jugadores como Miguel Ángel Russo, José Luis Brown, Alejandro Sabella, José Daniel Ponce, Marcelo Trobbiani y Hugo Gottardi (algunos de ellos, luego campeones del mundo en México 1986) que pondrían al club, nuevamente, en el escalón más alto del fútbol argentino. Su carrera fue brillante, pero muy corta, aunque suficiente para dejar una huella imborrable en la afición peruana que gozó de su extraordinaria habilidad, gambeta y también de su humildad, lo que le permitió tener una gran popularidad. Tras esta experiencia, el Bayern volvió a usar este extraño uniforme, o mejor dicho, uno inspirado en él, en la década de los 90. Lo hizo de manera esporádica entre 1993 y 1996, aunque ya no era tanto una copia del uniforme de Brasil como uno que, en mi opinión, se parece más al de Australia. Este culminó finalmente tras una Real Orden Circular, del 9 de abril de 1902, en el que se instaba nuevamente a las asociaciones a referirse al gobernador civil de la ciudad.
Los dos equipos mostraron ya desde el planteamiento táctico el gran respeto que se tienen y renunciaron a algunos aspectos de su sistema habitual que podrían darle ventaja el rival. El jugador no lo celebró, como muestra de respeto a una afición que lo silbaba, y se perdió silencioso entre el abrazo de sus compañeros. Tras conseguir una remontada que quedará en el recuerdo de todos los barcelonistas ante el PSG (6-1), la Juventus era el siguiente gran escalón en cuartos de final: el conjunto turinés fue un rodillo y endosó un 3-0 en el partido de ida al equipo de Messi. No era normal. Tras la última derrota, en 1982, Paul Breitner admitió, medio en broma, medio en serio, que lo mejor era no ir a jugar y «enviarles los puntos por correo». El Bayer Leverkusen también perdió gran parte de su apoyo hacia el final de la temporada: en la derrota por 1-2 en casa contra el Hertha BSC, los hinchas del Leverkusen causaron mucha conmoción, con los aficionados coreando el despido de Skibbe, mientras que algunos ultras, que ya habían visto suficiente, prendieron fuego a sus camisetas y las lanzaron al campo. El equipo rojiblanco comenzó el 12 de febrero de 1928 con derrota en casa por 1-3 ante el Deportivo Alavés.
Sin embargo, el juego de los gallegos no es lo suficientemente bueno y, también, la falta de gol tras la marcha de Lucas Pérez, lastra al equipo gallego, que no volvería a ganar hasta la jornada 7, ante el Sporting en Riazor. Una de las eliminaciones más duras para Leo y el Barcelona fue, sin duda alguna, la remontada que sufrieron en la capital italiana. Cada visita al Fritz-Walter-Stadion de los ‘diablos rojos’ alemanes se saldaba con empate (las menos) o con derrota. 12 de enero de 2021 y a pesar de haber disputado varios partidos menos que sus perseguidores se proclamó «campeón de invierno», galardón oficioso que no detentaba desde hacía veinticinco años, cuando se alzó con «el Doblete». No sólo eso, sino que además, el portero belga del equipo bávaro, Jean-Marie Pfaff, detuvo un penalti. A final de temporada también se marchó el prometedor guardameta Kepa Arrizabalaga, por quien el Chelsea F. C. pagó una cláusula de 80 millones, siendo el traspaso más caro que se realizó en la historia del fútbol por un portero y, al mismo tiempo, la venta más cara en la historia del Athletic. Un gol de Fernando Torres, posteriormente fue expulsado por doble amarilla, abrió un marcador que remontó el Barça con un doblete de Suarez en la segunda parte.